Cuenca Rural

Lunes 20.01.2014"En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras."
Bertrand Russell  (1872-1970) Filósofo, matemático y escritor inglés

Estamos cursando el Año internacional de la Agricultura Familiar, propuesto desde la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) con el objetivo de cumplir la meta de reposicionar a la Agricultura Familiar en el centro de las políticas agrícolas, ambientales y sociales, identificando lagunas y oportunidades para promover un cambio hacia un desarrollo más equitativo y equilibrado.

A su vez la OIT (Organización Internacional del Trabajo) destaca que "la agricultura es uno de los sectores más peligrosos donde cada año muchos trabajadores sufren accidentes y problemas de salud relacionados con el trabajo". Los riesgos están relacionados con el trabajo con animales, con maquinaria, el uso de agroinsumos, las condiciones climáticas, zoonosis, ruidos, vibraciones, contacto con animales ponzoñosos, trabajo en espacios confinados, presencia de polvos, entre muchos otros peligros.

La agricultura familiar (AF), no está exenta de estos riesgos y peligros, pero los actores de la misma, están en una situación de mayor vulnerabilidad, por las características propias, que posee este sector de la actividad rural y que según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), son:

• Fuerza de trabajo principalmente familiar
• Vulnerabilidad socioeconómica
• Desarrollo de la actividad en una escasa superficie de tierra, con bajo potencial productivo y generalmente aisladas 
• Otras

 

Estas propiedades que definen a la AF, tornan más vulnerables a los actores de la AF, ante los riesgos y peligros de su actividad.

Al analizarlas, se puede decir que la más importante desde el punto de vista de la salud, seguridad ocupacional y de la medicina agrícola, es que en la AF, el empleo de mano de obra principalmente es familiar. Esto tiene muchas implicancias:

• Queda incluida la actividad agropecuaria dentro del pequeño grupo de actividades económicas en que todos los integrantes de la familia están expuestos a los riesgos laborales. 

• Las familias están integradas por individuos de variadas edades, por lo que puede haber desde adolescentes hasta ancianos trabajando en la explotación familiar y esto es un detalle significativo. La distribución de las tareas, los tiempos de trabajo y descanso, etc. deben ser planificados y distribuidos teniendo en cuenta variables, generalmente no contempladas. Por ejemplo, una persona de 68 años no es conveniente que realice un trabajo pesado, ni trabaje un período prolongado de tiempo ya que seguramente tiene menor fuerza y resistencia, con mayor riesgo de lesiones articulares o musculares.

• Las mujeres de la familia son partícipes fundamentales y muy numerosas de la AF. En situaciones determinadas, los riesgos para ellas se ven aumentados, como sucede por ejemplo cuando la mujer, está embarazada, lo que implica una mayor vulnerabilidad física y psíquica ante esfuerzos, largas horas de trabajo, exposición a zoonosis, etc. 

Para más información, se recomienda leer el excelente trabajo "Mujeres que trabajan la tierra, un estudio sobre la mujeres rurales en Argentina" de C. Biaggi, C. Canevari y Alberto Tasso. Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, 2007.

• Estos integrantes de la familia agraria, no tienen cobertura de ART (aseguradoras del riesgo del trabajo) por lo que no reciben capacitación formal en salud y seguridad ocupacional. Lo que los deja en un mayor estado de indefensión.

• En la AF, un accidente, lesión o enfermedad en un integrante del grupo de trabajo, es ante todo, un problema de salud de un ser querido, que trae aparejado no sólo una alteración del ritmo de trabajo habitual, sino también angustia, dolor y tristeza con su consiguiente impacto negativo sobre la estructura familiar.

 

También cuando se define a la AF, se incorpora el concepto de vulnerabilidad socioeconómica, por lo que ante una lesión o enfermedad originada durante las actividades rurales de cualquier integrante del grupo familiar, se presentan una serie de gastos inesperados ( en remedios, eventual contratación de otras personas para cumplir con el trabajo que no puede dejar de realizarse, traslado hasta los centros hospitalarios, etc.) que impactan negativamente en la ya de por sí frágil economía del núcleo familiar. En este contexto un accidente o enfermedad puede ser determinante en la continuidad futura de la explotación rural.

La tercera característica enunciada es el trabajo en escasa superficie de tierra, de poco potencial productivo y aisladas. Cuanto más alejadas de los centros de atención médica o de los centros poblados se localizan las tierras trabajadas, mayor es la tardanza para llegar allí de un eventual accidentado, empeorando su pronóstico, también mayores los costos y posibilidades de traslado.

Otra de las condiciones que se adjudica a la AF, es que sus participantes, "vivan en el predio rural o cerca de él" (Red Especializada en Agricultura Familiar, sede Uruguay), conformando un solo ambiente entre lugar de residencia y lugar de trabajo. Esto trae aparejado algunas situaciones sumamente importantes, como el caso de los niños, que son parte de la familia, y que están expuestos a riesgos, como ser tránsito de maquinaria, espejos de agua (tanques, acequias, bebederos, etc.), contacto con animales, etc.

Numerosos son los casos de niños, que fallecen en el medio rural, situación que hace años distintas sociedades de pediatría y también desde la medicina agrícola venimos alertando.
Lamentablemente no existen estadísticas oficiales específicas, acerca de los problemas de salud que padecen los productores familiares. Pero otras fuentes de datos pueden ayudar a dimensionar e interpretar la importancia de la capacitación en salud y seguridad agropecuaria, en este caso aplicado a la AF. Para ello si se consultan las estadísticas de la SRT (Superintendencia de Riesgos del Trabajo), se observa que durante el año 2012 en el grupo de los trabajadores rurales registrados, hubo 36928 casos de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

Estas estadísticas nos hablan de un gran número de casos. Si esta es la situación de los trabajadores rurales registrados y que reciben o deberían recibir capacitación, elementos de protección personal, etc., se puede inferir que el contexto de los productores familiares (que no tienen ART, ni sus beneficios) es más difícil.

Otra información que aporta la SRT es que la duración media de días de baja (sin trabajar) de los accidentados y enfermos, fué de 41,4 días. Esto indica una gravedad muy importante de las lesiones y enfermedades de los trabajadores rurales.

Es decir que los accidentes en el campo son severos, por lo que si un agricultor familiar sufre una lesión, va a tener varios días para recuperarse y por ende, sin poder llevar adelante sus tareas, lo que se traduce en una pérdida de ingresos para un grupo familiar, para el cual estos recursos son vitales para su subsistencia. Mayor trascendencia e impacto tiene para la familia, cuando el producto de lo trabajado, es el alimento que se consume a diario y que en esos días de convalecencia, va a disminuir o faltar.

Además desde el área de la medicina agrícola, se estudian y resaltan dos temas de enorme implicancia en la AF, que son la maquinaria utilizada y el agroturismo.

Dentro de la primera, los tractores son un punto crítico. Uno de los aspectos que se relaciona a la AF es que los tractores utilizados en ella, son viejos u obsoletos (según la definición de pequeña explotación agropecuaria, Censo Nacional Agropecuario `88), lo que nos habla de maquinaria que carece de condiciones mínimas de seguridad y ergonomía.

Así los agricultores familiares trabajarían con tractores de muchos años, que hacen mucho ruido, produciendo pérdida de audición, desconcentración y mayor cansancio. También en su enorme mayoría carecen de cinturón de seguridad y de protección ante un vuelco, sus asientos son obsoletos, trasmitiendo vibraciones, a todo el cuerpo del productor, que conducen a problemas musculares y del sistema osteoarticular.

Muchas otras son las consideraciones que podemos efectuar sobre estos tractores. Lo concreto es que con "maquinaria agropecuaria deteriorada" el productor familiar va a tener "su salud deteriorada".

Los productores familiares, entre los muchos tipos de producciones, también participan del agroturismo, que es una actividad que se ha difundido mucho. Es ineludible la necesidad de capacitar a los emprendedores familiares en materia de salud y seguridad en el turismo rural, ya que un accidente o problema con los visitantes, por más pequeño que sea puede significar no sólo un daño al turista, sino pérdidas económicas para el productor. Por ejemplo, las cabalgatas forman parte importante de los servicios ofrecido por pequeños productores. Según distintas fuentes periodísticas en nuestro país, durante el año 2013 hubo 19 fallecidos por caídas de caballos, la mayoría durante actividades de tipo recreativas en las cuales el deceso se produjo por traumatismo craneoencefálico. Esto si ocurre en una explotación de tipo familiar que lleva adelante el turismo rural, las consecuencias económicas pueden ser desastrosas. Por ello es preciso el mayor desarrollo y capacitación en el cuidado del turista rural a toda aquel que lleve adelante esta actividad.

Los mejores resultados en la promoción y capacitación en salud y seguridad agropecuaria se ven las intervenciones integradas y multidisciplinarias, llevadas adelante por profesionales y técnicos de la salud y seguridad ocupacional, de la promoción de la salud, de la ingeniería, de las ciencias sociales, veterinarias, agrarias y de la salud pública entre otros, que aportando su saber, se complementan para lograr el objetivo de fortalecer el desarrollo rural y de la agricultura familiar. El objetivo es llevar información e instrucción en salud y seguridad laboral, para proteger a los miles de integrantes de la AF, que se estima abarcan el 53% del empleo agropecuario de nuestro país (Obschatko, et al; 2007).

Desde la medicina agrícola se aportan elementos, datos e información, para la promoción de la salud y seguridad de los actores de la AF, apoyando y difundiendo también, el muy buen trabajo que se lleva adelante desde los numerosos organismos estatales, no estatales, universidades, cooperativas y organizaciones relacionadas a la agricultura familiar.

Dr. Marcos Grigioni
MP. 12967
Medicina Agrícola